Hay animales que adoran romper las reglas. Seguramente piensan que los humanos hacen tantas normas, que saltarse una de vez en cuando no supondrá ninguna diferencia.
Si estás acostumbrado a convivir con animales rebeldes, apostamos que te identificarás con los protagonistas de este artículo.
Volver a casa del trabajo, encontrarte con esta escena, y desear haberte equivocado de casa, de hijo y de perro.
“Hace solamente 3 minutos dormían pacíficamente”.
“Solo tienes unos segundos para deshacerte de esa abolladura. El juego ha comenzado, humano”.
Me parece que no fueron a la cocina por un bocadillo.
Aunque haya 2 lavabos en la casa, no es garantía de que sea posible usarlos.
“Entré a la cocina y me encontré con esto”.
“Una mañana, mis gatos tiraron todos mis pinceles de maquillaje en su caja de arena”.
Cuando las negociaciones fracasaron.
“Esto ocurre siempre que cambio las sábanas”.
Un gato que solo se preocupa por su comodidad personal.
“Dicen que para que el gato no se suba a la mesa, solo hay que poner papel aluminio encima. Pues bien, mi gato demostró que este truco no funciona”.
Trabajar en casa no es fácil, cuando no vives solo.
“Mi madre no permite que el perro se suba a la cama. Este es lo que hace mi perro en cuando mi mamá se marcha”.
“Mi perro poniéndose en pie, y pidiéndole a mi hijo que robe salami para él”.
Ruby y su nueva cama.
“Estaba tan feliz cuando compré para los perros una cama supuestamente “irrompible””.
Después de haber lavado el coche, son como marcas en el corazón.
“Mi gato muerde a mi padre cada vez que le presta atención a mi madre y no a él”.
Y tú, ¿cuál fue la última travesura que le perdonaste a tu mascota?